Puerto Rico, isla donde hay rincones desconocidos, amores escondidos, y labores insaciables. Isla donde los barrios se llenan de ángeles inocentes que se convierten en niños enloquecidos intentando ser felices en un lugar de fiesta, alegría y maldad, donde los susurros de las sombras se escuchan en las esquinas del viejo San Juan, aullando en los oídos de los más cobardes, de los más débiles y luchando en el pensamiento de los más fuertes y de los más luchadores. Tierra inocente donde se vive a la sombra de un ideal absurdo, que mueve a las masas como si fueran una torrente de agua completamente infectada con muerte, lugar donde aun se ve la unión familiar y el afecto genuino entre las amistades. Amor que se encuentra cuando vemos a alguien cenando en la calle con distintas personas, alguien que tiene en la mano un plato enriquecido de comida cocinada con delicadeza, con pasión y con orgullo, sazonada con el sabor latino que tanto envidian otras culturas. Culturas que se pierden, no entienden como somos los borincanos. Boricuas así decidieron llamarnos y así nos conocen los países que si nos visitan se dan cuenta que hay calles llenas de azulejos en los territorios de conquista española, que hay playas de agua azul turquesa, con olas enormes que hacen que la mente vuele hasta lo mas alto del cielo, también logran observan las casas de madera, los jóvenes correteando, los adultos caminando, las miradas perdidas de inconsciencia, esas miradas que asustan, que corroen en tú cuerpo como almas en pena y te hacen estremecer el pecho, miradas que te roban el corazón y te hacen creer que vivir es mas allá de lo que los países extranjeros han implantado como verdad en nuestras mentes. Si buscas más allá, fuera de la gran capital, encuentras la verdad de tantos ciudadanos que se hipnotizan con las ideas implantadas de belleza y valor, que ciegan los verdaderos pensamientos de integridad y pasión, con absurdas tonterías que hacen que el conocimiento se destruya y que los nuevos inquilinos que llegan después de nueve meses se vuelvan igual al resto, desviando su identidad propia, y obstruyendo su astucia.
Isla en la cual se encuentra de todo un poco, donde la mezcla de culturas ha crecido tanto hasta deshacer las tres razas principales que iniciaron la gran historia de este pueblo caribeño, que le encanta destacarse por su arte, por sus cantantes, por sus conocidos actores, por sus profesionales, por sus mujeres hermosas y hasta por su falta de madurez en las áreas sencillas de la vida, volviéndose una cultura difícil y encantadora a la misma vez...
Hogar le llaman aquellos que la aman, paraíso aquellos que la saben apreciar, infierno aquellos que no se soportan a ellos mismos y le echan la culpa a los demás de todo lo ocurrido, y mi Isla del Encanto aquellos que se enorgullecen de ser lo que son y no se esconden entre artefactos, gestos y razonamiento adoptado y no propio.
vka!♥
